Las abejas han desarrollado unos métodos muy sofisticados para encontrar y comunicarse con flores ricas en néctar. Cuando una abeja vuela, se carga positivamente, lo que causa una reacción cuando aterriza en la flor, cuya carga es negativa. El cambio dura por unos 100 segundos después de que la abeja aterriza y puede servir para avisarle a otros polinizadores que esa flor no tiene nada en ese momento, así que de esta manera dan aviso a que esa flor no pose nada de néctar.